Blog Image

LA DIETA Y SUS MITOS

La alimentación es un tema que ha suscitado un gran interés a lo largo de la historia. Este interés, unido a una cierta ignorancia, han favorecido el desarrollo de numerosos errores y mitos sobre la alimentación, que han provocado injustificadamente un cambio en el comportamiento y en los hábitos alimentarios de muchas personas.
Así, han sido numerosos los alimentos a los que se les han atribuido características y propiedades falsas debido al mito. "Las frutas al final de la comida engordan”, “tomando una nuez por la mañana disminuyo los niveles de mi colesterol”, “me engordan los nervios…” son algunas de las creencias que se mantienen a consecuencia de numerosas fuentes que carecen del más mínimo aval científico.
Sin embargo en la actualidad, y gracias a la base científica de la que disponemos, es posible desmontar esas creencias, a veces muy arraigadas, recurriendo a las opiniones y consejos de verdaderos profesionales de la nutrición y la salud.
No cenar adelgaza No nos aclaramos: tras años oyendo que lo mejor para adelgazar era no cenar, ahora se nos dice que no cenar engorda. “En sí, no es ni malo ni bueno”, nos dice Silvia Zuluaga, médico especialista en nutrición.
Si no tenemos problemas de sobrepeso y un día hacemos una comida más copiosa de lo habitual, no pasa nada, porque a la noche cenemos una fruta, un vaso de leche o nada. La cosa cambia cuando se trata de una persona que quiere adelgazar e intenta compensar los excesos de esa manera. Entonces, “sale el tiro por la culata: ni la fruta, ni el yogur, ni el jamón de York ni irse sin cenar a la cama van a lograr que desaparezca lo que ha entrado. El efecto que una cena ligera o inexistente tiene en una persona que está a régimen es… anti culpa. Le da la sensación de que ya ha expiado su falta”. El problema es que nuestro organismo no funciona a base de castigos.
Los productos light ayudan a adelgazar La guerra contra la grasa propició el boom de los productos light y desnatados. “Hoy por hoy, sabemos que los etiquetados como bajos en grasa, así como los light, predisponen a comer más durante el día”, advierte Aitor Sánchez.
Es verdad que, por cómo nos los venden, parecen no solo no engordantes, sino adelgazantes, más sanos que sus versiones normales. Sin embargo, según Silvia Zuluaga, “desde el punto de vista nutricional, pueden incluso ser peores: si a un producto alimenticio se le quita o reduce un ingrediente, habrá que sustituirlo por otro. Lo malo es que el sustituto no es necesariamente mejor que el original”.
Para adelgazar, reduce los hidratos de carbono Depende de si la reducción se hace con inteligencia, es decir, bajando el consumo de pan, harinas refinadas y dulces. Es cierto que la ingesta de carbohidratos refinados provoca un aumento de la insulina. Esta hormona los transforma en energía, en forma de azúcar, y a su vez se almacena el sobrante en forma de grasa, sobre todo, alrededor del abdomen. Así pues, está bien bajar la ingesta de hidratos de carbono, pero no debemos hacerlo a costa de frutas, verduras o legumbres, que son muy saludables y nutritivas. Pensemos en alimentos que nos convienen o no, en vez de echar la culpa de los kilos a los hidratos de carbono.


20 20 20